La Abadia se encuentra en Austria, a pocos kilómetros de Viena. Mientras el número de aspirantes a la vida religiosa disminuye en Europa desde hace décadas, este monasterio cistercienses está en pleno auge: con casi 100 monjes, cuenta con el mayor número de miembros desde su fundación en 1133 (la foto muestra los monjes en oración). El abad del monasterio explica que “los monasterios de Austria son desde hace siglos centros de cultura en nuestro país. Sin embargo, han llegado a serlo porque su primera tarea, a saber, el culto, es decir, la adoración a Dios, es el fundamento de su labor”.
En una sociedad y una Iglesia cambiantes, en las que la fe eclesiástica mengua cada vez más, es importante entender los monasterios vivos, no sólo en Austria, sino en todo el mundo occidental. Como apunta el abad, “los monasterios pueden convertirse también hoy en faros de la fe, que por un lado apuntan a nuestro destino último, a nuestro hogar con Dios, y por otro orientan en medio de la niebla de nuestro tiempo mediante la luz pascual, que vence la noche de la muerte”.