(a.m.) Unos días después, vuelvo a lanzar la noticia de unas primeras comuniones que se administraron nada menos que en una base argentina en la Antártida el sábado 7 de octubre, es decir, tres días del nacimiento de San Francisco de Asís. Ese mismo día se publicó la exhortación apostólica del Papa titulada Laudate Deum, Alabad a Dios, la segunda parte de su magisterio dedicada al cuidado de la creación. La primera de las 4 fotografías que publicamos retrata a los niños que recibieron el sacramento de la Primera Comunión en el hielo del llamado “continente blanco” junto a sus padrinos. La foto fue tomada en el refectorio de la base. La segunda foto muestra el exterior de la capilla San Francisco de Asís, la primera en la Antártida, que ha cumplido 47 años desde su fundación. El pequeño edificio fue construido a lo largo de la ladera que se inclina desde el glaciar hasta la bahía Esperanza, 63 grados de latitud, 57 de longitud, la más septentrional de la península antártica. En el interior de la capilla hay una reliquia de “primera categoría” del santo de Asís colocada en una custodia en la pared a la derecha del altar (foto 3). Llegó a estas latitudes el 28 de febrero de 1980, con una certificación que acredita que las “particulas ex cineribus” pertenecen al santo cuyo nombre llevan. También en el interior de la capilla, en una vitrina (foto 4), se encuentra el calabacín blanco del Papa Francisco enviado por el mismo en 2013 cuando le dijeron que la capilla antártica llevaba el nombre de San Francisco de Asís.
No sabemos, sin embargo, cuándo podría partir hacia el continente la alegre brigada retratada en la foto, ya que en la Antártida es más fácil llegar que partir, y los días de estadía prevista se alargan a la espera del clima favorable para el despegue del Hercules.
A esto le sigue un artículo en el semanario argentino Valores Religiosos , que da cuenta del singular evento.