La última misa

(a. m.) De celebraciones -naturalmente- habrá otras en la catedral de Buenos Aires, y su arzobispo, en este caso Jorge Ignacio García Cuerva, también dirá muchas misas más. Pero la celebración de hoy, domingo 25 de agosto de 2024, será la última que celebre como primado en la catedral primada de Argentina. A partir de este momento, de hecho, el título pasa a la catedral de la provincia de Santiago del Estero y a su arzobispo, Vicente Bokalic Iglic, que también será primado de Argentina. El 7 de septiembre, con una celebración similar a la de hoy en Buenos Aires, asumirá formalmente el título.

Muchos preguntan qué consecuencias tiene tal paso. Por ahora, y a la espera de aclaraciones en contrario, tomemos como válido lo que leemos en Wikipedia: “En la Iglesia católica occidental (también llamada Iglesia latina) el título es exclusivamente honorífico en la era moderna y no implica potestad jurisdiccional”.

La pregunta sigue siendo por qué hubo que esperar 88 años para transferir el título y por qué fue necesario un Papa argentino para hacerlo. (Fotos del autor)

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L’ULTIMA MESSA. Di celebrazioni -naturalmente – ce ne saranno altre nella cattedrale di Buenos Aires, e anche il suo arcivescovo, in questo caso Jorge Ignacio García Cuerva, di messe ne dirà tante altre. Ma quella di oggi, domenica 25 agosto 2024, sarà l’ultima celebrata come primate nella cattedrale dell’Argentina. Da questo momento, infatti, il titolo passa alla cattedrale della provincia di Santiago dell’Estero e al suo arcivescovo, Vicente Bokalic Iglic, che diventerà anche primate d’Argentina. Il 7 settembre prossimo, con una celebrazione analoga a quella odierna a Buenos Aires, assumerà formalmente il titolo.

Molti chiedono che conseguenze abbia un tale passaggio. Per ora, e in attesa di chiarimenti contrari, prendiamo per buono quanto si legge in Wikipedia: “Nella Chiesa cattolica occidentale (anche detta Chiesa latina) il titolo è esclusivamente onorifico nell’epoca moderna e non comporta potere giurisdizionale”. Resta da chiedersi perché si sia atteso 88 anni per trasferire il titolo e ci sia voluto un papa argentino per farlo. (Foto dell’autore)