Arqueólogos israelíes habrían encontrado la tumba de Salomé, una de las dos parteras de Belén que llegó hasta el pesebre para ayudar a la Virgen María durante el nacimiento de Jesús. Según el evangelio apócrifo de Mateo, Salomé fue deslumbrada por un resplandor en el momento exacto del alumbramiento, y no se atrevió a entrar. Los arqueólogos aseguran que la tumba es “una de las cuevas funerarias más impresionantes jamás descubiertas en el país, que data de unos 2.000 años”. Se encuentra a 35 kilómetros de Jerusalén y fue un antiguo sitio de peregrinación. Cuenta con cientos de lámparas y restos de cruces datados de los siglos VIII y IX utilizados para alumbrar las ceremonias que se hacían allí, lo que indica un lugar de culto y peregrinación según creen los investigadores. Adentro dieron con un gran patio de 350 metros cuadrados con invaluables objetos históricos.
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