El título puede sonar arriesgado, pero los tropiezos del candidato derechista con el Papa -y la reacción de la Iglesia argentina- podrían tener un peso importante en su retroceso electoral, tal vez decisivo. Esto es lo que dice Sergio Rubín en el artículo que señalamos.
«Llegados a la primera vuelta electoral, el libertario mantuvo un 30% de los votos, pero quedó rezagado al segundo lugar. Curiosamente, entre los lugares donde más votos perdió se cuentan provincias del norte, en los que la Iglesia tiene aún cierto peso, y en partidos del gran Buenos Aires, en los que la caída osciló entre el 3,5% (Moreno) y 4,5% (José C. Paz), y que en sus populosas barriadas tienen fuerte presencia los curas villeros». Para el periodista de Clarín «está claro que el “voto católico” no existe. Pero llegado el caso puede tener cierta incidencia en determinados lugares. Y se sabe que uno o dos puntos pueden cambiar la historia».