El Papa pidió apoyo, además del “imprescindible acompañamiento psicológico”, para aquellas personas que sufren depresión o agotamiento extremo, mental o físico. “Muchas veces escuchando simplemente en silencio porque a veces no hay receta”. Y revela que cuando tenía 42 años también acudió algunas semanas a sesiones con un psicoanalista para “aclarar algunas cosas”. [Continua]